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3 medidas de urbanismo para minimizar el riesgo de agresiones en la calle

08-03-2020

El diseño urbanístico actual no responde a las problemáticas que plantea la sociedad. Hoy es el Día de la Mujer, un día que necesita más que nunca ser visible por muchos motivos, por eso quiero compartir con vosotros un post muy especial. ¡Pongamos el urbanismo al servicio de nuestra sociedad!

A menudo, las calles no son un lugar seguro para las personas que las transitan, y las mujeres sufren las consecuencias día tras día. Leemos cada día titulares de agresiones a mujeres en la calle o en espacios públicos. Yo os pregunto, ¿creéis que podemos mejorar la seguridad con el urbanismo? Aquí os traigo tres propuestas, me encantaría saber vuestra opinión. No es ningún secreto: nuestra sociedad no es todo lo igualitaria y respetuosa con las mujeres que debería ser. Más de una mujer refiere no haberse sentido cómoda o segura en alguna situación estando en un espacio público. Sin embargo, a pesar de reconocer esta situación, aún son muchas las ciudades que no están preparadas para reformular un espacio que pertenece a todos los miembros de la población.

Hay 3 medidas concretas que podrían marcar una gran diferencia en la forma de comprender los espacios urbanos:

  • La amplitud de las aceras

Las aceras estrechas facilitan la invasión del espacio personal a la vez que dificultan la capacidad de movimiento ante cualquier situación comprometida. Una amplitud mayor en las aceras deja en evidencia los acercamientos indeseados y aporta margen de maniobra.

  • La eliminación de los recovecos en los portales

Los portales son un punto especialmente conflictivo en la seguridad. Por un lado, sus recovecos ofrecen un lugar donde pueden ocultarse los agresores y, a la vez, dejan sin escapatoria a la persona que es asaltada. La eliminación de los recovecos y la instalación de espejos y sistemas que aumenten la visibilidad en los portales pueden contribuir a mejorar la seguridad.

  • La iluminación

Tan simple y al mismo tiempo tan efectiva. La iluminación convierte los espacios públicos en poco atractivos para aquellos que intentan cometer agresiones. La iluminación también permite que puedas ser visto y que puedas ser registrado por cámaras de seguridad. Por esos motivos, la luz es una clara aliada para aumentar la protección en la calle.

Creo que al diseñar un espacio público o semi-privado es importante tener en cuenta este aspecto y poner la arquitectura al servicio de un tema tan relevante. Sin embargo, a la vez me gustaría recalcar que de nada sirven todas las precauciones, las intenciones ni las acciones, si el problema no se trata de raíz. Estas propuestas no dejan de ser un triste parche que ponemos a un problema social grave, muy grave. La arquitectura podrá minimizar los riesgos, pero el feminismo es un valor que se debe transmitir en la educación para cambiar el rumbo de la sociedad. Sin educación, sin valores, sin igualdad, no tendremos nunca la sociedad que queremos para nuestros hijos. El trabajo empieza por uno mismo.

Por último, quiero recalcar que la arquitectura no es una excepción en esta sociedad centrada en el hombre. No se han reconocido los méritos de las mujeres en la misma medida que los de los hombres. Miralles recibió mucha admiración, pero no sucedió lo mismo con Carme Pinós o su segunda mujer, Benedetta Tagliabue. Denise Scott Brown trabajó con su marido Robert Venturi, pero intentaron excluirla de un premio que les pertenecía a ambos. Sin embargo, también debo decir que esto va cambiando. Cada vez se suman más referentes femeninos en la arquitectura, como la fallecida Zaha Hadid o Yvonne Farrell y Shelley McNamara, el primer dúo de mujeres que este año ha ganado el premio Pritzker. Sigamos construyendo hacia un futuro con más igualdad.

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